Llevo un poco más de un mes ausente. He estado a cargo de un proyecto de embellecimiento de un albergue campestre para personas adultas mayores. La dificultad de comunicaciones ha impactado en la periodicidad de publicaciones. Hoy me reintegro a mis labores blogueras aunque la periodicidad no será igual. Trataré de compartir cada semana, sin embargo, es posible que nos leamos cada quince días.
Espero su comprensión.
La naturaleza cada vez está más deteriorada. La culpa de eso es la raza humana. Es nuestro deber aportar al cambio desde nuestros hogares.
¿Cómo? Educando nuestros niños para cuidarla.
Con los años que tengo, he aprendido que nada educa más que el ejemplo. La palabrería insulsa no cala en ellos. Quieren verte hacer lo que predicas.
Los chicos de ahora traen el chip más evolucionado que el nuestro y tienen plena conciencia de cuando es hablar por hablar y cuando algo forma parte de ti.

Mi nieta consintiendo su Dormidera (Mimosa). Image Credit: Arlex Valdés – Jardinería Limpia.
Mi nieta es una niña muy curiosa. Ella sabe que soy jardinero y que cuido plantas. Me ve todos los días regando la veranera que tenemos en el balcón. Me ha visto sembrar girasoles y cuidarlos hasta que se marchitan.
Cada que le hago cariñitos a las plantitas que tenemos en el apartamento, ella quiere compartir conmigo el cuidado, hacer lo mismo.
Un día, aprovechando su curiosidad, la llevé a visitar una plantita que en Colombia llamamos “Dormidera”—en otros lugares se llama “Mimosa”—. Se quedó con sorprendida cuando al tocarla se durmió.
—Abuelo, ¿por qué se duerme.
—Esa planta es sensible al tacto como mecanismo de defensa.
—¡Abuelo, que plantita tan bonita!
Luego de descubrirla, se volvió un ritual visitarla. Un día me dijo que deseaba sembrar una en la maceta del balcón. Cuando lo hicimos, le expliqué que evitará molestarla tan a menudo porque ella gasta mucha energía abriéndose y cerrándose. Que debíamos cuidarla tanto como las veraneras que tenemos.
Se emocionó mucho al saber que tendría su propia dormidera en casa para cuidarla.
Tu también puedes hacer lo mismo. Es un deleite compartir con los niños la siembra y cuidado de las plantas. De paso conectas con ellos y los haces sentir importantes.
Contenidos
- 1 Lecciones de básicas para enseñar jardinería a los niños.
- 1.1 Paso #1. identifica las plantas adecuadas.
- 1.2 Paso #2. Prepara los materiales de jardinería para niños.
- 1.3 Paso #4. Enséñales a cuidar las plantas.
- 1.4 Paso #5. Conecta con tu niño interior.
- 1.5 ¿Te atreves a intentarlo con tus hijos y/o nietos? Cuéntame tu experiencia en los comentarios y/o comparte en tus redes sociales.
Lecciones de básicas para enseñar jardinería a los niños.
Paso #1. identifica las plantas adecuadas.
Para empezar, debes identificar que tipo de planta le gustaría tener a tu hijo y si es apta para que el pueda manipularla. Esto teniendo en cuenta que la mayoría de los niños tienen la costumbre de llevarse las manos a la boca.
Por experiencia, recomiendo plantar girasoles, caléndulas, fresas, geranios y mimosas.
Paso #2. Prepara los materiales de jardinería para niños.
Materiales
1. Una maceta pequeña
2. Tierra
3. Un plato plástico para evitar hacer regueros en casa, cuando lo vas a trabajar en un lugar cerrado. Si lo vas a hacer en un sitio al aire libre, no hay problema.
4. Una regadera para niños.
5. Guantes para ellos.
6. Mucha paciencia y amor.
Paso #3. Realiza la siembra.
Ayúdalo a preparar la tierra necesaria en la maceta, mientras le explicas las razones por las que las plantas necesitan de ella.
Orienta al niño para que ella con cuidado manipule la planta a sembrar. Esto les enseña a ser delicados con ellas. Al ser su planta, no querrán estropearla.
Dependiendo la planta que elijas para sembrar, explicale su especie, cuidados, cuanto puede durar y por qué. En el caso de los girasoles, enséñales que son plantas temporales, que mueren cuando sale la flor.
Es preciso enseñarles también, que la flor se convierte en semillas que pueden plantar para tener de nuevo su girasol.
Revisa que la planta quede bien sembrada, dando siempre protagonismo al niño.
101 trucos de jardinería ecológica
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Paso #4. Enséñales a cuidar las plantas.
Enséñale como hacer su primer riego y cada cuanto debe hacerlo para mantener viva y hermosa la plantita.
Acompáñalo mientras lo hace, dejándolo libre. Si tu lo haces por él, le enviarás señales equivocadas de que él no puedo cuidar nada. Si lo está haciendo mal, explícale cuál es el error que está cometiendo.
Enséñale a observar posibles bichos que puedan dañarla y cómo podrían evitarse naturalmente.
Es importante diseñarle una rutina para que él sienta que cuida su planta y que la tiene a cargo. Es mágico el sentido de pertenencia de los niños y lo que logras cuando le das una responsabilidad.
Paso #5. Conecta con tu niño interior.
Este paso, es transversal a toda la actividad realizada con el niño, es decir, la conexión con tu niño interior debes tenerla desde antes de iniciar. Esto permitirá que tengas la paciencia necesaria para responder todas sus preguntas, vivir el momento que compartes con él, ponerte en su lugar y generar sinergia.
Para un niño, el hecho de tener toda tu atención y ver que le enseñas algo, lo hace sentirse muy importante.
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Ellos aprenden que las plantas son seres vivos que necesitan ser cuidados y necesarios para la supervivencia de todos.
¡Aprovéchalo! ¡Él será niño por poco tiempo!
¡Manos a la obra!